domingo, 31 de agosto de 2008

Lo básico del idioma turco

Hacer el esfuerzo de saber algunas palabras, y saber (más o menos) pronunciar el idioma ha agradado mucho a nuestros interlocutores turcos - y nos ha sacado de un apuro más de una vez (eso sí, si lo pronuncias bien, te responderán con una ráfaga de turco, con lo cual viene bien saber decir "Amlamıyorum" (no entiendo)

En zonas muy turísticas siempre hay alguien que entiende alguna palabra básica de inglés (en los Bazares hablan casi todos los idiomas!)
Fuera del recorrido de 3 días -y en las calles cercanas a los bazares- conviene saber algo de turco - o al menos, tener a mano un librito de frases.

El idioma turco no se pronuncia tal como se lee, pero las reglas son muy sencillas.

ö / ü tienen el mismo sonido que en el alemán
ç = ch (çay = chai)
ş = sh (Beşiktaş = Beshiktash)
ğ = no se pronuncia, pero alarga la vocal precedente (Beyoğlu = Beiooolu)
c = como en inglés George
h = aspirada como en inglés
ı (i sin punto) = vocal intermedia entre la i y e (como en inglés "farmer")
z = como en inglés (zero) o francés (zeste)


Hola: Merhaba
: Evet (con acento en la primera ·e·")
No: Hayır
Por favor: Lütfen
Gracias: Teşekkürler
De nada: Bir şey değil
Perdón: Pardon
Disculpe: Affedersınız
Muchas gracias (informal): Çok teşekkürler
Muchas gracias (formal): Teşekkür ederim
¿Cuánto cuesta?: Ne kadar?
Aseos: Tuvalet (WC)
Entrada: Giriş
Salida: Cikiş
Abierto: Açik
Cerrado: Kapalı
Calle: Sokaği o Cadessi
Alquilar: Kiralık
Farmacia: Eczane

Comida
El tema comida vendrá en otro apartado - aunque aquí se han puesto dos o tres cosillas básicas del tema.
Una porción: Bir porsyon
Bon appetit: afıyet olsun
¡Muy rico!: Çok nefis
Déjelo (el plato en la mesa): Kalsın (es que los camareros turcos retiran el plato apenas has terminado, aunque los demás comensales no. No es que te quieran echar, es que es etiqueta)
Ahora sí puede llevarlo: Biti, alabilirsin
La cuenta, por favor: Lütfen, hesap.
(Comida) para llevar: paket

Transporte
¿Es éste el dolmuş para Taksim?: Bu Taksim dolmuşu mu?
Para bajarse del dolmüs que no sea la terminal: Inecek var
Taquilla: Gişe
Muelle: Iskelezi
¿Este es el ferry para Eminönü?
: Bu Eminönü vapur mi?
Ida y vuelta: Gidiş dönüş
Tres billetes de ida y vuelta para Eminönü, por favor: Eminönü için gidiş donuş üç bilet, lütfen
Bósforo: Boğazı
Taxi: Taksi
Por favor, ponga el taxímetro: Taksimetreyi çalistirin
Voy a esta dirección: Şu adrese gidiyorum
Tarifa de dia: Gündüz
Tarifa de noche: Gece

Números
1: Bir
2: iki
3: üç
4: dört
5: beş
6: altı
7: yedı
8: sekiz
9: dokuz

10: on
11: on bir
12: on iki

20: yirmı
25: yirmı beş

30: otuz
40: kırk
50: elli
60: altmış
70: yetmiş
80: seksen
90: doksan
100: yüz

Pronto más...

sábado, 30 de agosto de 2008

Notas y comentarios varios para viajeros

Estas son algunas notas que creemos serán útiles para viajeros a Estambul.
Algunas notas también las encontraréis en la guía Lonely Planet (al momento de escribir, sólo está publicada en inglés). La mayoría, sin embargo, son producto de observación y hablar con gente que también ha visitado Estambul (pero no tiene blogs)


Desplazarse por la ciudad

  • Estambul está construída sobre colinas, o sea que prepararos para escaleras y calles empinadas. Trepar colinas en sólo evitable usando transporte público.
  • La parte vieja de la ciudad (Sultanahmet, el barrio del bazar) se hace a pie o en tranvía; se puede entrar con coche pero las calles son en general muy estrechas y con demasiado tráfico, y muchas calles -sobre todo alrededor del bazaar- son peatonales.
  • No es una ciudad muy accesible. En las partes más antiguas de Estambul casi no hay veredas, y las que hay, apenas son transitables: por lo estrechas, por las escaleras que se cortan y tienen escalones que se dividen en dos o desaparecen. Esto te obliga a caminar por la calle (hasta que oyes una bocina avisándote que despejes la calzada)
  • No hay nombres en las calles. Preguntar es un ejercicio de paciencia, porque te contestarán en turco, o simplemente apuntarán el dedo en una dirección general.
  • Hay que tener coraje para atreverse con el tránsito. Los coches son reyes, se conduce sin cinturón de seguridad, y los coches sólo paran en los semáforos (pobre de él que se demore más de una fracción de segundo al ponerse en verde el semáforo: le espera un concierto de bocinas). Los moteros van sin casco (se merecen una estatua al valor - o a la inconsciencia)
  • La gente es generalmente cortés en el transporte público, y generalmente hay alguien que cede el asiento a la gente mayor - aunque no hay asientos reservados para gente con movilidad reducida (de hecho, los menos cortés que hemos encontrado eran turistas extranjeros)
  • Recomendamos no deambular por el Serrallo o Barrio del Bazaar entrada la noche. Del hotel al restaurant al hotel. Hay hoteles que incluso sugieren coger un taxi para ir a cenar (les pasó a amigas nuestras). De hecho, mejor cruzarse hasta la otra orilla e ir a Tünel (donde comienza Istiklal Cadessi) para comer; más opciones y mejor calidad.
Akbil - la "tarjeta de transporte" de Estambul
  • El Akbil es una moneda electrónica a la cual se carga efectivo y sirve en todos los medios de transporte de Estambul (autobuses, tranvías, metro, tren, funiculares y barcos del Bósforo - no sirve para Dolmuş).
  • Pagar con Akbil resulta en un ahorro del 10% del billete normal.
  • Una importante ventaja del Akbil es que la pueden utilizar dos o más personas a la vez.
  • Si bien el transporte no está integrado, cuando se cambia el medio de transporte en el espacio de una hora, se cobra la mitad del segundo viaje.
  • Un viaje en promedio sale 1,3YTL (0,70€) (Agosto 2008).
  • Nosotras compramos el Akbil en la plaza Taksim, pero también se puede comprar en Eminönü.
  • Para recargarla, hay en casi todas las paradas de tranvía (o en las cercanías) una caseta con un letrero que dice "Akbil"
Taxi!
  • Taxi es una buena opción, sobre todo para grupos, ya que una viaje corto cuesta igual en taxi para 3 personas que en autobús.
  • Los taxis son amarillos. Se puede pedir al hotel que llame uno, o parar uno por la calle. Se recomienda no coger taxis enfrente de los grandes monumentos turísticos, ya que no son paradas oficiales y los precios pueden ser más caros.
  • Lo único es que hay que vigilar que pongan en el taxímetro la tarifa correcta.
    La tarifa diurna -gündüz- de 6 de la mañana a las 12 de la noche.
    La tarifa nocturna -gece- de las 12 de la noche a las 6 de la mañana (50% más caro)
  • No está demás recordar que algunos taxistas pueden, ejem, olvidarse de poner en marcha el taxímetro, sobre todo en viajes cortos. Nos ha pasado sólo una vez, y tras insistir, nos cobró el precio real (habiendo hecho el mismo viaje antes).
  • Una ruta más larga no necesariamente significa que están intentando engañar al turista; simplemente puede ser la única manera de evitar los perennes atascos de tránsito
  • Para ir de Ortaköy, prepararos para un viaje largo sin casi moverse: el tránsito puede ser agobiante los fines de semana por la noche: es una zona muy popular y sólo hay una ruta de acceso.
Barrios
  • Hay mucha gente que dice que 3 o 4 días son más que suficientes para ver Estambul. Seguro que esta gente se hospedó en Sultanahmet, donde la concentración de hoteles es inmensa. En esta zona, salir después de las 19:00 significa encontrarse con un barrio fantasma, ya que aparte de hoteles, hay tiendas y todas cierran a esta hora. Aparentemente, en los hoteles recomiendan salir sólo con taxis. Hay también muchos lugares donde comer, pero en general están bastante orientados al turismo - no tenemos claro si la relación calidad/precio es buena - algunas guías recomiendan cruzar el puente Gálata e ir a comer a la zona de Tünel.
  • Taksim / Istlikal (zona alta). Una zona con muchos menos turistas, pero con una oferta muy grande de tiendas, dónde comer y dónde salir por la noche, especialmente los fines de semana.
Mujeres solas
No hemos tenido absolutamente ningún problema durante nuestra estada en Estambul. Por lo contrario, una de nosotras iba con muleta y dos veces nos encontramos con gente ofreciendo una silla y çay al ver que flaqueaba el paso.
En su gran mayoría, los hombres de Estambul irán tan lejos como una los deje.
No mirar a los ojos y un simple "no" cortés pero firme es un modo eficiente y rápido de evitar avances indeseados. Micro-shorts y camisetas de tirantes muy escotadas atraen mucha más atención que shorts normales y un escote menos pronunciado. No hace falta ir con mangas largas pero tampoco hay que sorprenderse si ropa extremadamente ligera atrae atención indeseada. Recordar que muchas mujeres usan hiyab y muestran sólo la piel de la cara.
Las fotos en este blog os darán una idea de cómo viste la gente, y cómo nos vestimos nosotras.


Si habéis estado en Estambul, y hay información incorrecta en este blog, os rogamos nos dejéis un comentario así lo podemos rectificar.

Buen viaje!

jueves, 21 de agosto de 2008

Dia 12: La vuelta

Aprovechamos las últimas horitas y luego de empacar fuimos a comer en un Lokanta de Istiklal Cadessi.

Cenk -el dueño del piso- muy amablemente nos acompañó a buscar un taxi. Hemos estado muy bien tanto en el apartamento, como en el barrio. Cenk es muy amable y servicial, y siempre va bien saber que aunque estás lejos, alguien puede ayudarte en caso de necesidad. Recomendamos hospedarse en Taximhome de todo corazón.

Teniamos el vuelo de vuelta via Madrid con Iberia a las 17h30, así que salimos a las 14:00 para darnos el margen de costumbre. Menos mal, porque nos llevó una hora y eso que en Agosto dicen los locales que Estambul está vacío...

La verdad es que con lo cargadas que íbamos, no más que a la ida pero ahora nos pesaba nuestra pena, penita, pena... no dudamos ni un segundo en coger un taxi. Hay una combinación de autobus y tranvia que lleva al aeropuerto, pero la verdad es que un poco de comodidad, no viene nada mal. Esta vez el taxi nos costó 35YLT.

Y pasamos nuestro primer control nada más llegar. No te dejan ni entrar al edificio del aeropuerto sin pasar absolutamente todo lo que tienes por el detector de metales. Y aún así, lo tienen al máximo de sensibilidad -con lo cual son inevitables los pitidos y consecuentes cacheos.

La verdad es que las medidas de seguridad de Atatürk -el aeropuerto de Estambul del que salimos- son iguales (o superan) las de Heathrow.

Aquí Rosa y Andrea en la cola para entrar al aeropuerto.



Una vez pasado el primer control, fuimos a buscar nuestra tarjeta de embarque. Gaby -con su bendita espalda dando la lata- decidió preguntar si no había una manera más rápida de conseguirla, que le dolía estar parada. Y tuvo suerte: nos dejaron saltarnos la cola y facturar en el (vacío) mostrador de Business Class. (Nota: realmente le dolía, para aquel que levante las cejas)

Al subir al avión, nos informaron del accidente en Barajas. No se sabía bien lo que habia pasado, ni la magnitud del accidente, pero si nos dijeron que se producirían retrasos de al menos 3 horas, con lo cual pedian permiso al aeropuerto para que pudieramos bajar del avión.

Bajamos todos, y nos dirigimos a un bar del aeropuerto donde pasar el tiempo de espera. Nuestra sorpresa fue que al cabo prácticamente de una hora nos llamaron para embarcar. Y hubo que volver a pasar el control de seguridad de equipajes de mano (y ya van tres...)

3 horas y media más tarde llegamos a Madrid. Allí ya nos explicaron, y supimos de primera mano de lo grave del accidente y de la cantidad de victimas. Estabamos consternadas. Andrea, como tiende a ser miedosa en general, tuvo sus momentos, pero nada - sigue siendo más seguro volar que ir en moto por Barcelona.

Nuestro vuelo a Barcelona se demoró - como todos los vuelos ese día. Nos tocó esperar un par de horas, que amenizamos jugando a nuestro precioso backgammon




A la llegada, nosotras (y un par más de pasajeros) acabamos en la terminal C y nuestras maletas, en la B. Por suerte, un empleado de lo más amable abrió las puertas de un aeropuerto cerrado y absolutamente vacio. Jamás habíamos visto algo igual - es que entre la 1 y las 5, no hay actividad de vuelos.
Realmente da impresión ver un aeropuerto vacio.



Ya eran casi las 3 de la mañana, cuando pasamos nuestro 5to control de equipajes. Y luego de felizmente reencontrarnos con nuestro equipaje sano y salvo, el 6to control (ya las 03:30) al salir.



Llegamos a casa reventadas, eran las 4h de la madrugada. Había sido un dia muy largo.

Pero quién nos quita lo bailado!

Mañana seguiremos con un poquito más - ahora sí, un resumen de cosillas que hemos ido aprendiendo que tal vez le puedan ser útiles a quien le haya entrado el gusanillo y decida hacer este viaje espectacular.

martes, 19 de agosto de 2008

Dia 11: Palacio de Dolmabahçe y Eminönü

Hasta último minuto no teníamos claro cómo íbamos a pasar el (ante) último día en Estambul. Es que nos hubiésemos quedado -a pesar del calor- mucho tiempo más.

Al final, decidimos visitar la otra gran atracción turística de Estambul: el Palacio de Dolmabahçe, y luego hacer un último paseo por la parte (más) vieja del centro -es que queríamos ver si nos cambiaban una ficha de backgammon que habiamos comprado en el Bazar de las Especias y por error, era de un material distinto, más tosco.

Dolmabahçe Sarayı (Palacio de Dolmabahçe)
Deberíamos haber hecho lo mismo que con Topkapı y con Santa Sofía: es decir, levantarnos pronto y estar a las 9:00 en las taquillas, pero llegamos a las 13:00. Si bien nos encontramos con una multitud de gente, tuvimos la suerte de llegar justo a tiempo para ver el cambio de guardia.



El cambio de guardia en sí no es nada del otro mundo - aunque sí nos sorprendió la altura de los guardias (bastante por encima de la media del hombre turco).

Pero más que nada, nos sorprendió fue ver como el oficial a cargo comprobaba hasta el último detalle de tanto el uniforme como la postura del guarda, quien se quedaría -como es habitual- parado como una estatua de cemento por una hora, bajo el implacable sol.



Una vez superado el escollo de la taquilla, nos adentramos en unos preciosos jardines, estupendamente cuidados, listas para la visita del Selamlık y del Harem.
Ambas visitas son guiadas y no sólo cuesta 20YTL para entrar por persona, pero además cobran 6YTL por cámara de fotos y 12YTL por video cámara.

Las visitas se hacen en grupo sólo - en turco o en inglés. Cada grupo sale cada 15 o 25 minutos, depende de la cantidad de gente. Es una visita relámpago, y hay guardas arreando a los turistas rezagados que se quedan mirando o sacando fotos (como nosotras)

Un poco de historia

El nombre Dolmabahçe significa "Jardín de Relleno" (dolma= relleno -sí, como la comida, y bahçe = jardín). Se llama así porque fue construído en el solar de un jardín que se mandó construir un sultán, y para hacerlo, rellenaron una cala sobre el Bósforo.

El Palacio de Dolmabahçe fue el primer palacio al estilo europeo construído en Estambul. Fue construído entre l842 y 1853 por el Sultán Abdülmecid (el Luchador, apodo ganado por su enorme tamaño y afición a los deportes).

Costó el equivalente de 35 toneladas de oro (a fecha de hoy, 1 gramo de oro cuesta 18€. Es decir, en Euros y al día de hoy, el castillo costó 630 millones).
La idea del Sultán era despejar los rumores que el imperio otomano estaba en ruinas, pero construir el palacio dicen que fue lo que efectivamente llevó el imperio a la ruina.

El decorador interior que contrató el Sultán era el encargado de la decoración de la Ópera de Paris, lo cual explica lo teátrico y recargado que es el palacio.

Dolmabahçe tiene la colección más grande del mundo de chandeliers y candelabros de cristal de Bohemia y Baccarat.

El palacio fue utilizado como centro administrativo del Imperio Otomano desde 1853 hasta 1922. Mustafa Kemal Atatürk -el fundador de la República Turca y primer presidente- murió en una pequeña habitación del haren el 10 de Noviembre de 1938 a las 9:05 am - hora en la que pararon todos los relojes del palacio como muestra de respeto.

El punto central del jardín es una fuente con una bonita estatua de cisnes.

Desde la fuente, se ve al fondo la entrada al Selamlık (que no está ni sobre la calle -a la izquierda de la foto- ni sobre el Bósforo -a la derecha de la foto)



Fue muy divertido hacer una cola de media hora bajo las caricias de Febo. (Gaby le dedica esta cola a Imma y nuestros paso por la Ciudad de las Ciencias de Valencia).



A la izquierda de la foto hay una puerta muy bonita que da a la avenida costera (que a esta altura se llama Dolmabahçe Cadessi), y que va dese Karaköy hasta Ortaköy y más allá:



Justo antes de entrar al palacio se produce un amontonamiento desagradable, porque hay que cubrirse los pies con una bolsas de plástico muy monas - suponemos que los turistas piensan que si no se tiran unos encima de los otros, las bolsas se van a acabar.



El Selamlık
El Selamlık (también llamado Mabeyn-i Hümâyûn) es la sección para los hombres, donde se llevaban a cabo los eventos oficiales.

Esta es la primera salita, una de las más sencillas.



Un ejemplo de la elaborada decoración.



Una de las grandes bellezas de este palacio es la Escalera de Cristal, con uno de los chandeliers -éste, de 2 toneladas de cristal (se recomienda ampliar la foto)



Pero lo más impactante de esta escalera es la balaustrada, construída -como no- de cristal de Baccarat, bronce y caoba (el palacio es tan frágil como el imperio Otomano en la época de su construcción)



Pero nada nos podía preparar para el Hall Ceremonial. No tenemos ni idea que tan alto es, pero nos dejó pasmadas y sintiéndonos como hormiguitas.



Si se fijan bien en la foto anterior (sugerimos ampliar la foto) se ve que las manchitas de color sobre el piso hacia el fondo son en realidad las muchas personas parte del tour.

Tanto nos impactó el tamaño de esta sala (fue construída para que cupieran 2500 dignatarios), que sólo acercándonos pudimos ver el chandelier

El chandelier que cuelga en esta sala pesa 4.5 toneladas, está construído íntegramente de Cristal de Bohemia y fue un regalo de la Reina Victoria. Hasta 1920 sus 750 lámparas se iluminaban con gas.

Con esto concluye la visita al Selamlık

El Harem
Si bien la decoración es puramente occidental, las costumbres son otomanas, con lo cual las mujeres vivían en un edificio separado.

Para visitar el Harem hay que salir por la puerta del Hall (al Bósforo) y rodear el palacio hacia la izquierda.

La decoración del Harem es mucho más sencilla y sobria.



Si bien aquí vivían las mujeres, el Sultán tenía su propia habitación aquí - con un lecho tamaño XXXL.



Sólo hay una estancia realmente lujosa en el Harem, la sala de las mujeres reales.



El resto del edificio está lleno de apartamentos para las diferentes concubinas, sus hijos y doncellas.

Al final de la visita se pasa por una exhibición de la vajilla y utensilios domésticos. El más entretenido es el siguiente "bar-librería" (recordemos que los musulmanes no pueden beber alcohol, según dicta su religión). El Sultan Luchador la tenía clara: muchas mujeres - como dicta el islam, lujosos hamams (baños) -como dicta el Islam- y también alcohol (hecha la ley, hecha la trampa)



Almuerzo en el bar de la terminal de ferry
No será gran cosa, pero este rinconcito enfrente del espigón de la terminal de ferry de Kabataş nos encantó: comida simple y barata, çay y tavla (backgammon), además de unas vistas espectaculares a la Mezquita Azul y Santa Sofía, y olas que explotan contra la orilla.

Andrea, como se ve en la foto, sigue alimentando su adicción a los dedos helados de limón de 0,50 YTL (aún no puede creer haber comido helados por 25 céntimos de Euro, cuando aquí debe pagar al menos 1€ entero)



Paseo por Eminönü
Luego del reparador descanso, cogimos el tranvía y fuimos hasta Eminönü. Nuestra primera parada fue la Mezquita Nueva (Yeni Cami)
Sólo en una ciudad como Estambul puede un edificio de 400 años llamarse "Nuevo".
La Mezquita Nueva (ver más info sobre la mezquita en Wikipedia - inglés) es una mezquita construída en el año 1663 por Turhan Hadice, la madre del Sultán Mehmet IV, sobre la base de la mezquita original que se había incendiado en 1660

Está situada enfrente de las terminales de ferry de Eminönü, en el centro comercial del Estambul de antaño, y está justo al lado del Bazar de las Especias.



Es una mezquita muy bonita y casi tan impresionante como la Mezquita Azul, si bien los turistas tienden a pasar de largo para sumergirse billetera en mano en el Bazar de las Especias.





Luego de la visita a la Mezquita, nos dedicamos a absorber al máximo imágenes y sonidos de una de los rincones más transitados y vividos de Estambul: el puerto de Eminönü

Desde el primer día, cuando pasamos en taxi desde el aeropuerto, nos quedamos encantadas con los pescadores codo a codo llenando el puente de Gálata



Una de las cosas de Estambul que más nos gustó es la venta ambulante: le confiere a una metrópolis tan grande como Estambul un sabor pueblerino que esperemos no desaparezca con las reformas que están siendo introducidas cara a la incorporación de Turquía a la Unión Europea (un ejemplo es que la prohibición de fumar en lugares públicos que entrará en vigencia en el verano del 2009 eliminará la tradición de fumar Narguiles (pipas de agua) en bares, lo cual es como cortarle los cuernos a los toros.



Las escalinatas y bancos fuera de la Mezquita Nueva son un perfecto bar improvisado, donde uno puede degustar los riquísimos bocadillos de pescado fresco, típicos de Eminönü.



O también una mazorca...



También es un muy buen lugar para ponerse al día con vecinos y amigos.



Pero en Eminönü, lo más típico son los barcos amarrados desde donde se venden los bocadillos de pescado.







El atardecer hoy os lo ofrecemos sobre la Mezquita Nueva.


Y como aún teníamos que cambiar la pieza defectuosa de nuestro juego de backgammon, nos dirigimos al Bazar de las Especias. El vendedor del puesto de backgammon nos cambió la pieza defectuosa) enseguida y disculpándose profusamente.
Nos pareció interesante que los turcos en general se desviven por clarificar cualquier duda que el cliente pueda tener con respecto a una compra hecha, o el precio de la cuenta - casi como si temiesen ser percibidos como deshonestos. Claro que habrá de todo, pero en general, no hemos tenido ni un solo problema con respecto al dinero, sino que todo lo contrario: una honestidad impoluta fue la norma.

Ya que estábamos, aprovechamos para hacer una segunda visita al turco catalán del Bazar a quien le compramos una caja de Lokum (los dulces conocidos como "Delicias Turcas".

Y para redondear una tarde espectacular, un çay en las puertas antiguas del Bazar, con vista a la Mezquita Nueva.



Olvidamos comentar que Andrea aprovechó para comprarse su disfraz de odalisca, para bailar la danza del vientre haciendo ruidito y todo (mucho, mucho ruidito, pero hay que ver lo feliz que se quedó, y lo bien que se le da bailar)

Foto dedicada a Mónica, quien es quién introdujo en Andrea el gusanillo por las danzas orientales.



Y con esto, termina nuestro día 11.

Sólo nos queda empacar tranquilamente y mentalizarnos para la vuelta

Hasta mañana, pues!

Interludio II

Ayer martes (día 11) fue otro largo día (Palacio Dolmabahçe por la mañana, y paseo por Eminönü por la tarde), y volvimos con el máximo de fotos hasta ahora (3 tarjetas cada una para Rosa y Andrea). Sólo descargarlas llevó más de dos horas - y aún debemos borrar (las muchas que salieron mal), escoger las más representativas, bonitas o interesantes que llegarán al blog, procesarlas para la web, subirlas al blog, ponerlas en orden y escribir el texto.

El avión sale esta tarde a las 17:oo. Ya estamos empacadas (a la fuerza, porque no queremos irnos) y ahora saldremos a comer y luego para el aeropuerto.

Mañana, ya repuestas del viaje, haremos la entrada del día 11 y a continuación, un resumen final con notas y datos prácticos (o curiosos) para aquellos a quienes les haya entrado el gusanillo.

Entonces pues, nos leemos mañana!

lunes, 18 de agosto de 2008

Dia 10: Islas Príncipe

Introducción

Como prometido, este es un capítulo XL del blog - esperamos nos aburriros con tanta cosa isleña...

Y antes de comenzar, un poquito de historia.

Las Islas Príncipe (Kızıl Adalar, en turco (aunque de hecho los turcos se refieren a ellas como "Adalar" a secas - Adalar significa Islas) están a unos 20 kms al sureste de Estambul, en el mar de Mármara enfrente de la costa asiática.

En total son 9 islas, el ferry de/a Estambul cubre sólo 4 de ellas, y de éstas, Heybeliada y Büyükada (la Isla Grande), son las más concurridas -y grandes.

En tiempos de Bizancio, monarcas depuestos y príncipes problemáticos eran internados en las islas - de aquí el nombre actual.

A mediados del siglo 19 se convirtieron en un destino de vacaciones popular entre las comunidades griegas, judías y armenias de Estambul. Muchas de las casas fueron construídas en esta época por los mercaderes más ricos. Aún hay una considerable población armenia y judía, y algunos griegos, pero en la actualidad la mayoría de la población es turca.


Un día en las Islas: el viaje.

Rosa dijo hace unos días: "no penso pujar mai a cap d'aquests vaixells" (N.de T. : "No pienso subir nunca a uno de esos botes".
Se refería a un bote herméticamente cerrado, con aspecto de catamarán rápido.
A ella se le dan muy bien los pasillos exteriores, así puede sacar a relucir el espléndido zoom 70-300mm de su cámara.

En fin, ése fue el bote que nos tocó para ir a las Islas.

Sale de Kabataş (la terminal de ferry más cercana a casa) o sea que tuvimos que madrugar para estar en el puerto a las 10:30. Por suerte nos equivocamos de hora, y llegamos antes de la salida real, lo que nos dió tiempo de terminar de despertarnos tomando un çay a la fresca de nuestro bar preferido junto al espigón de la terminal (bueno, en realidad fue agua, y al calor)

El botecito en sí tiene aspecto interior de avión. Y lo más, pero más importante, es que tiene aire acondicionado.



La parte negativa es que se mueve como una coctelera con la más mínima olita. Y como el Bósforo está llena de olitas de los cientos de barcos, se movía. Bastante.

Por suerte, paró unos momentos para que poder hacer una foto de Rosa sonriente, como si el barco estuviese sobre cemento.



O pensándolo mejor, en vez de sonrisa tal vez fuese una mueca de pánico. No se sabe.

La cuestión es que el bicho este se mueve rápido - comparado con el ferry "lechero" al que nos hemos acostumbrado.
Lo bueno de moverse rápido es que ahí sí ignora cualquier ola, con lo cual fue un viaje muy placentero.

Tardamos aproximadamente 40 minutos en llegar a Heybeli, la primera parada (aunque el mismo bote en otros horarios para también en Kinali y Burgaz)

Decidimos bajarnos y explorar un poco.

Heybeli

A primera vista, la sensación fue "bueno, damos una vuelta, el próximo ferry pasa en media hora".
Es que hacía calor, justo enfrente de la terminal había un montón de restaurantes y bares vacios, y no había casi gente por el paseo marítimo (eran las 11:30 de un lunes). Nos dió la impresión que durante un fin de semana debe estar lleno tipo Lloret de Mar o Mar del Plata en Enero.



Nos adentramos por la calle que comienza justo en la terminal con curiosidad y trepidación. Lo primero que nos encontramos es que no hay coches.

Los medios de transportes per excellence son el carro tirado por caballos y las bicicletas.



Seguimos caminando sin rumbo fijo, y los conductores de los carros comenzaron a mirarnos y gritar "Taksi! Taksi!". Nos llevó un par de minutos entender que en realidad ellos son los taxis en la isla..

Pero como la idea era explorar y disfrutar del agradable solcito y los tibios 35 grados a la sombra, preferimos seguir a pie.

A medida que avanzamos, nuestra primera impresión fue cambiando rápidamente. Nos encontramos con un pueblico muy plácido, placentero, muy arbolado y pintoresco.

Como comentamos en la introducción, la construcción original data del siglo pasado y como es típico en estas zonas, el material preferido es la madera (aunque hay muchas casas de ladrillo, y muchas muy modernas)



En general la construcción es de pueblo, pero también se ven de tanto en tanto casonas impresionantes, como la que se ven en las dos siguientes fotos.






A medida que avanzábamos, había menos gente por las calles, pero aún veíamos carros-taxi o, por ejemplo, el repartidor de agua, que con su carro y las casas de madera de fondo daban la sensación de que el tiempo se había suspendido en esta isla.




Andando andando, subimos una colina, la volvimos a bajar, descubrimos anchas veredas muy arboladas, niños jugando en la calle, y mujeres en bañador caminando con sombrillas muy determinadas.



Decidimos seguirlas, pensando que ellas tenían claro el camino a la playa.

En realidad iban a un club privado llamado "Green Beach" (que luego descubrimos tiene su propio botecito en la terminal de ferry). Este club tiene piscinas y una pequeñísima playa. La entrada vale 20YTL adultos y 10YTL niños con acceso completo para todo el día.

Es una buena opción, si bien no muy barata, para pasar un día remojándose. Es que en estas islas, las playas son casi inexistentes.

La tentación de un buen chapuzón fue muy grande, pero estábamos de paso. Y aún nos quedaba media isla por descubrir (aunque más no sea deshaciendo el camino de vuelta)

Y siguiendo nuestro camino, nos topamos con un pequeño cartelito que decía algo en turco y la palabra PLAJA, junto a una flecha.

Bingo.

Cruzando un bosque de pinos (que nos hizo pensar en cómo habría sido la Costa Brava antes de la fiebre de la construcción), dimos con un área de picnic, con las típicas mesas y bancos de madera



Desde el área de picnic, descubrimos un caminito colina (muy) abajo que terminaba en la susodicha plaja. Rosa, sin temor al sol ni calor, se fue en busca de esta fantástica foto mientras Andrea y Gaby descansaban a la sombra de los pinos.



El área de picnic descubierta no es sino el comienzo (o fin, mejor sea dicho) de un camino muy bonito a través del bosque de pinos mediterráneo



El camino acaba en el puerto pesquero, y 200 mts más adelante se encuentra la terminal de ferrys.

Recomendamos calurosamente una escapada a esta islita tan encantadora y tranquila (al menos, durante la semana - dicen que el fin de semana se llena)
Es una perfecta escapada del caos y bullicio de Estambul

Para aquellos que tengan la suerte de venir, la manera más rápida de llegar a esta zona de picnic es alquilar una bici (2 o 3 YTL la hora), y seguid el paseo marítimo hacia la derecha, pasando el puerto.

Sin darnos cuenta, se nos pasaron 2 horas y queríamos coger el ferry de las 13:15 a Büyükada.

Segunda parada: Büyükada - la Isla Grande
Ya desde el bote se ve la gran diferencia con Heybeli - esta isla es mucho más grande y poblada. De hecho, el edificio que más resalta el gran edificio del Splendid Ötel (Hotel Splendid), con sus domos tan llamativos en el techo (Heybeli tiene un hotelito encantador, pero muy pequeñito)



Al salir del bote nos encontramos con un gentío similar al de Estambul - pero en plan veraneo. Se puede decir que sentimos el agobio de un pueblo de la Costa Brava en verano.



Como nuestra prioridad era conseguir un lugar donde sentarnos y comer, seguimos el olor a pescado asado y, saliendo de la terminal, giramos a la izquierda pasando por un restaurante sobre la costa tras del otro.

Como es nuestra costumbre, seguimos hasta el final y buscamos uno (Lido Restaurant) que esté lleno de gente local y algo más tranquilo.

Tuvimos la enorme suerte de encontrar una mesa junto a la ventana - que a su vez estaba literalmente sobre el agua.



Ni bien sentarnos, vinieron dos camareros, uno cargando una enorme bandeja de meze, los entrantes tan típicos de esta zona.



Nos decantamos por pulpo (absolutamente exquisito y tierno), gambitas peladas (para la alegría infinita de Gaby), puré de berenjenas, paquetitos de arroz envuelto en hojas de col (fabuloso!), y trozos de mackerel, un pez parecido al atún.

De segundos, Andrea y Rosa comieron la dorada de rigor y Gaby optó por el sacrilegio de pedir un şiş kepab (pincho de cordero).

La comida se extendió tanto como la cuenta, pero valió la pena, tanto por la calidad de la comida (excelente) como por el tiempo a la sombra y al refrescante aire de mar.

Una vez repuestas, comenzamos la exploración de la isla. Siguiendo el mismo camino por el que llegamos al restaurant, nos topamos con un paseo con bares y más allá, una sección con un poco de césped y un par de escaleras al mar. En esta isla tampoco hay playas, pero la gente hace lo que puede y se las ingenia muy bien.

Como podéis observar en la siguiente foto -y como ya habíamos aclarado ayer- no todas las mujeres van cubiertas.



(aunque sí es curioso ver a las que sí usan hijab bañarse con ropa de calle, velo incluído)

Como la playa era lo que se ve en la foto, giramos hacia el interior de la isla y luego para la derecha, hacia el centro del pueblo.

Llegamos a la plaza Central, con su torre del Reloj.



En realidad, si en vez de girar a la izquierda al salir de la terminal, nos hubiésemos adentrado 100 mts hubiésemos visto esta plaza.

A la izquierda de la foto está el parquing de los carros (porque en esta isla tampoco hay coches).



Por 50YTL por carro se puede hacer un tour grande (todo alrededor de la isla), que dura unos 70-75 minutos.

Demás está decirlo, Andrea estaba encantada (aunque un poco triste al ver que sus amados caballitos no eran de tiro, y que muchos dejaban mucho que desear en su aspecto físico)

El camino comienza por una zona residencial con casas que nada envidiarles a Sitges o las zonas caras del norte del Gran Buenos Aires.



Para muestra, basta un botón:



O dos:



Al cabo de unos 30 minutos se llega a Luna Park, un parque en lo alto de una colina, en medio de un bosque de pinos, desde el cual hay una vista bastante fea:



Era broma. Es que decir que todo es bonito o espectacular cansa, jeje.

El viaje continuó con el bosque de pinos dejando paso a una vegetación de arbustos achaparrados. La segunda mitad del camino en realidad no valió la pena, porque es muy monótono y el último tramo pasa por la cara "oscura" de la isla -caballerizas, depósitos, lugares abandonados.

Y siendo ya las 18:3o, nos llegó la hora de arrastrarnos a casa - esta vez en un ferry lento (para en 4 islas) y a tope de gente.

Como se hace muy aburrido sacar fotos de atardeceres rojizos, con bolas de fuego enormes de color naranja, decidimos esta vez regalarles un contraluz.



Llegamos a las 20:30, reventadas del cansancio (además del calor, mucho sol y aire marino en pieles urbanitas muy blancas), pero muy contentas de un paseo tan diferente y encantador

Hasta mañana!